Los dos centrocampistas lideraron al equipo en una buena primera mitad, mientras que el de Matadepera y el francés no estuvieron nada finos en el segundo tiempo
El empate en el último suspiro en Balaídos dejó tocados a los jugadores del Barça, que habían completado una buena primera mitad para llegar 0-3 al descanso pero acabaron cediendo ante un Celta que creyó hasta el final en la remontada. El resultado en Vigo no fue el esperado ni deseado, pero hubo algunas luces en la primera mitad, como el rendimiento de Nico y De Jong, y más sombras en la segunda, como las actuaciones poco lucidas de Riqui Puig y Lenglet.
NICO: Despliegue y personalidad a raudales
Nico González fue el mejor jugador del Barça en Balaídos y confirmó que su ascenso al primer equipo ha sido todo un acierto. El gallego, muy motivado por hacer una buena actuación en su tierra, se asoció con mucho criterio con sus compañeros y fue atrevido a la hora de realizar conducciones con el balón en los pies, una condición que se echaba de menos en los interiores culés. En una de esas internadas llegó el 0-2 de Busquets, después de que Nico dejara atrás a los defensas rivales en una gran acción individual. Además de su aseada gestión del balón, Nico también se mostró muy intenso a la hora de presionar la salida desde atrás del Celta y peleó con todos aquellos que se cruzaron en su camino, haciendo gala de su potencia física. Fruto del esfuerzo acabó pidiendo el cambio y tiene una sobrecarga en el aductor de la pierna izquierda que le obligará a descansar unos días. Xavi tomó buena nota.
DE JONG: Lució la versión más ofensiva y pudo sentenciar
Pese al doloroso empate en Balaídos, el neerlandés Frenkie de Jong tuvo una de sus mejores actuaciones en lo que llevamos de temporada con el Barça. Al ‘21’ se le vio pisar mucho más el área rival, algo que hizo con asiduidad y acierto el curso pasado, en el que marcó siete tantos. Junto con Nico, llevó el peso del partido en los mejores minutos del Barça en Vigo e incluso estuvo a punto de cerrar el triunfo azulgrana, con un tiro desde la frontal que pegó en el travesaño que hubiera colocado el 2-4 en el marcador. En su tercera temporada como culé, De Jong tiene que dar un paso adelante en su rendimiento y en Balaídos sí que empezó a mostrar una versión más esperanzadora y reconocible. Veremos si con la llegada de Xavi se acerca al nivel que tuvo en el Ajax y lo llevó al Camp Nou.
RIQUI PUIG: Sin control del juego ni sacrificio defensivo
Riqui Puig no tuvo una buena tarde en Balaídos. El de Matadepera entró al partido por la lesión de Nico, con 1-3 en el marcador, y no fue capaz de mantener el espíritu de sacrificio de su compañero. Volvió a perder balones en zona comprometida, no ganó sus duelos individuales y Sergi se vio obligado a cambiar de sistema a un 4-2-3-1, con De Jong y Busquets haciendo de doble pivote, para tener un mayor orden defensivo y evitar que el Celta campara a sus anchas en el centro del campo. Lo intentó con dos disparos, pero no pusieron en ningún apuro al meta Dituro.
Con la irrupción de Gavi y Nico y los galones ya consolidados de Busquets, De Jong y Pedri, Riqui Puig se perfila como el último centrocampista de la plantilla en los esquemas de Xavi y veremos si puede reconducir su situación en estos próximos meses. Talento tiene, pero no basta sólo con eso.
LENGLET: Despistado y frágil en los marcajes
Después de jugar a buen nivel contra el Dinamo de Kiev, el central francés volvió a ser titular en el eje de la zaga pero no estuvo nada fino en Balaídos. En la primera acción de peligro del Celta se comió el desmarque de Iago Aspas que pudo acabar en gol y en la segunda mitad no estuvo atento en el marcaje del 2-3 de Nolito, que cabeceó sin oposición para batir a Ter Stegen. Además, en las jugadas de los dos goles anulados del Celta también salía en la foto. Tras no contar con muchos minutos esta temporada, Lenglet afrontaba el duelo en Vigo con ganas de seguir reivindicándose y ahora con el regreso de Araujo y la recuperación de Piqué tras el parón volverá a tener complicado entrar en el once.