• El entrenador mostró ante el Villarreal algunos cambios tácticos por las bajas

Kroos

El partido que el Real Madrid jugó en Villarreal (1-1) fue un especie de campo de pruebas de Zidane para el encuentro ante el Inter de Milán de este próximo miércoles en San Siro. El entrenador francés, ante las bajas que tenía y que puede tener en Champions, mostró algunos cambios tácticos.

El más destacado, ante la ausencia de Sergio Ramos, fue la forma de sacar el balón desde atrás. Cuando el Real Madrid tenía que hacerlo, Kroos retrasaba su posición para convertirse en central izquierdo, el sitio de Sergio Ramos, desplazando a Nacho al lateral y a Mendy al centro del campo. Una forma de asegurarse una salida de balón más o menos clara con un jugador como Kroos llevando el peso de la acción.

En el centro del campo, Modric y Kroos ejercían el papel de doble pivote con Odegaard teniendo más libertad de movimientos para sumarse al ataque. Eso sí, con la premisa de tener el balón el máximo de tiempo posible arriesgando lo mínimo posible a la hora de pasarlo.

En ataque, Mariano fue un auténtico incordio para los centrales del Villarreal ejecutando el papel de delantero centro puro que el Madrid no tiene con Benzema, un jugador con mucha más movilidad que el resto de delanteros. Zidane apostó por Lucas Vázquez por la derecha y no por Marco Asensio o Rodrygo. El gallego cumplió en ataque y, sobre todo, en defensa ayudando siempre a Carvajal que reapareció tras su lesión.

Un once, el que puso Zidane en Villarreal que perfectamente puede repetir ante el Inter de Milán si no recupera a Militao, Casemio y Benzema, los que pueden llegar a ese partido.